La agricultura española mantiene el consumo de agua (Andalucía lo reduce en un 3%), si bien reduce el riego por gravedad a favor del riego por goteo y aspersión
Según la encuesta del INE, el volumen de agua de riego utilizado por las explotaciones agrarias ascendió a 14.949 hm3 en 2016, cifra similar a la del año 2015. Por técnica de riego, el volumen de agua aplicado mediante riego localizado aumentó un 2,6% y el uso de agua de riego por aspersión se incrementó un 2,2%. Por el contrario, el riego por gravedad disminuyó un 4,5%.
Andalucía, que encabeza el consumo de agua para regadío (4.086 hm3), lo redujo un 3,1% en 2016. Aragón es la segunda comunidad en uso de agua de riego (2.032 hm3, +0,7%), a la que le sigue Castilla y León (2.008 hm3, -7,7%), Castilla-La Mancha (1.655 hm3, +14,5%), Extremadura (1.577 hm3, +7,7%), Comunidad Valenciana (1.234 hm3, +1,4%), Cataluña (993 hm3, +5,4%) y Región de Murcia (531 hm3, -2,4%).
Como se puede observar en la siguiente tabla, el 39,4% del agua de riego se distribuyó por sistemas de goteo, frente al 33,2% correspondiente a regadío por gravedad y el 27,4 % con técnicas de aspersión.
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Año 2016 |
% sobre el total |
% variación anual |
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Goteo |
5.890.738 |
39,4 |
2,6 |
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Gravedad |
4.967.791 |
33,2 |
-4,5 |
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Aspersión |
4.089.971 |
27,4 |
2,2 |
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Total Nacional |
14.948.500 |
100 |
0,0 |
Por técnicas de riego, la comunidad que más agua de riego por goteo utilizó fue Andalucía (2.752 hm3). En riego por gravedad, el mayor volumen usado correspondió a Aragón (949 hm3) y en riego por aspersión, a Castilla y León (1.251 hm3).
Por tipo de cultivo, los herbáceos (cereales, leguminosas, arroz, maíz y cultivos forrajeros), que representaron el 55,7% del volumen total del agua de riego, utilizaron un 0,9% más de agua que el año anterior.
Los cultivos de patatas y hortalizas registraron el mayor aumento, con un 11,4% más de agua utilizada que en 2015.
Por el contrario, el agua utilizada descendió un 11% en olivar y viñedo, un 3,6% en los cultivos frutales y un 0,3% en otros tipos de cultivos.
El 75% del volumen de agua disponible para el riego en el año 2016 fue de origen superficial, el 23,1% tuvo origen subterráneo y un 1,9% procedió de recursos hídricos no convencionales (agua desalada y regenerada).