22 marzo 2023.- Los datos que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir expuso en la Comisión de Desembalse del pasado 2 de marzo confirmaban los peores pronósticos.
A día 1 de marzo, el Guadalquivir se encontraba al 25,71% de capacidad (2.065 hm3) y el sistema de regulación general, del que depende la mayor parte del regadío, al 22,39% (1.264 hm3).
Estos datos manifiestan que en el SRG hay 126 hm3 menos que el año pasado, y unos 2.010 hm3 menos que la media de los últimos 25 años.
Ante este panorama desolador, los escenarios que baraja la CHG para el día 1 de mayo, que es cuando se da comienzo a la campaña de riego, son los siguientes:
Así, a no ser que la primavera venga cargada de precipitaciones, similares a la del año 2018, con casi toda probabilidad serán inevitables, por cuarto año consecutivo, los recortes en la campaña de riego.
A esta situación de agua embalsada, hay que sumarle la escasez de precipitaciones en el presente año hidrológico, en el que se han registrado un 20% menos de pluviometría que la media en lo que se lleva de año hidrológico, donde exceptuando diciembre, los demás meses han sido secos. Además, la previsión de lluvia para los próximos días es casi nula, por lo que se prevé un mes de marzo e inicio de abril secos.
Esta situación de falta de lluvia está comprometiendo la viabilidad de muchos cultivos de invierno, ya que, en el caso de persistir la escasez de precipitaciones, y si no reciben una dotación de riego, su supervivencia corre grave peligro.
Por otro lado, la situación de los leñosos no es más halagüeña; en este caso no solo peligra la producción, sino la propia supervivencia del leñoso, que requiere de una importante inversión por parte de los agricultores.
A toda esta situación tan dramática que vive el regadío, con unas expectativas de futuro pésimas, hay que añadir que esta sería la cuarta campaña de riego seguida con recortes del 20%, 50%, 70% respectivamente, y para esta campaña, la confederación estima en un 90% en el caso de persistir la ausencia de lluvias.